Las violaciones de los Derechos Humanos son todas igualmente graves, no importa el contexto político en el que se las haga, y la realización de crímenes por una minoría enquistada en el aparato estatal democrático no disculpa de ninguna manera lo realizado por una minoría que usurpó el aparato estatal, clausurando la democracia para asesinar y torturar como medio para consolidar su poder político, social y económico.